¿QUÉ ES EL METAL EN LA VOZ?

¿QUÉ ES EL METAL EN LA VOZ?

Puede que alguna vez hayas escuchado las expresiones “voz metálica” o “metal en la voz” y te preguntes qué significan. También puede ser que ya tengas una ligera idea o que directamente esto te suene a chino… Ya te avanzo que metal en la voz no significa ser cantante de música metal. 😂

El metal es una característica acústica que obtiene nuestra voz en determinados momentos y que hace que ésta suene com más potencia, más dirección, más autoridad y con más dirección. Ser conscientes de si aplicamos metal o no en nuestra voz, nos da un conocimiento mucho más amplio de ella y nos permite expresarnos (tanto cantando como hablando) de una forma mucho más eficiente.

Por eso he grabado este vídeo en el que te explico detalladamente qué es metal en la voz, cómo lo hacemos y cómo está relacionado directamente con los modos vocales (los diferentes tipos de voz que podemos hacer). Además, te explico de nuevo los modos vocales con más detalle.

Espero que te sirva de ayuda. 😊

 

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LA MÚSICA ME SALVÓ DEL INFIERNO

LA MÚSICA ME SALVÓ DEL INFIERNO

Hoy quiero explicarte cómo la música y el poder liberar mi voz me salvaron del infierno.

Este es el texto más difícil al que me he enfrentado hasta ahora, de hecho no sé ni por dónde empezar, pero estoy decidida a hacerlo. Alguna cosa en mi interior me dice que ahora es el momento, que se ha acabado el tiempo de la vergüenza y que nada de lo que sucedió fue culpa mía. Tal vez explicándolo públicamente podré, por fin, liberarme de ello y ayudar de algún modo a otras personas que hayan pasado por lo mismo.

Durante mi infancia recibí maltratos en casa, y al mismo tiempo me hicieron bullying en la escuela. Dos cosas que me han marcado de por vida.                                                                                                                                                            Hala, ya está, ya lo he dicho. Pero no, todavía no me siento mejor, necesito explicar cómo fue mi experiencia.

Para empezar quiero decir que mis padres son buenas personas y que con los años creo que se han dado cuenta y arrepentido de lo que hicieron. Con la distancia he llegado a comprender que eran dos personas completamente infelices y amargadas la una con la otra, que crearon una prisión para ellos mismos que con el tiempo se convirtió en un infierno; y que no supieron canalizar su rabia y frustración.

No recuerdo cuándo empezaron los maltratos en casa. De hecho, algunas de las primeras imágenes que tengo soy yo escupiendo sangre a los 2 años porque mi madre me había reventado los labios o a los 4-5 años rodando por el pasillo por las patadas que me daba mi padre.

Hasta que se separaron (cuando yo tenía 14 años) mi padre fue un maltratador de manual: gritos, amenazas, palizas, terror… Tanto hacia mi madre como hacia mí y mi hermano. Puedo decir que mientras estuvo viviendo en casa yo no sabía quién era mi padre, ya que siempre estaba de mal humor y yo le tenía mucho miedo. Incluso de pequeña tenía una pesadilla recurrente con él que todavía recuerdo hoy en día.

Mi madre alternaba los papeles de víctima y maltratadora: a veces llorando y compadeciéndose de sí misma en un rincón de la casa y otras pagando su frustración conmigo. Creo que se sentía tan mal y tan profundamente infeliz que la manera de hacer salir su rabia era castigándome: con la zapatilla, las manos, el palo de la escoba o con frases como “ojalá no hubieras nacido”. No ayudaba nada el hecho de que yo me parezca físicamente a mi padre, creo que por eso descargaba su rabia en mí.

Este mal vivir que existía en casa hizo que yo me convirtiera en una niña “rarita”, muy callada, retraída y con pocas habilidades sociales… Diana fácil para mis compañeras de escuela.                                                                                          Tampoco tengo claro cuando empezaron los escarnios y las palizas en la escuela, es todo muy borroso; pero creo que debieron empezar hacia el 3r. curso y duraron hasta que acabé la primaria, en 8º.

Hace relativamente poco que se habla abierta y públicamente del bullying pero todos sabemos que, por desgracia, ha existido toda la vida. ¿Qué mueve a algunos niños y niñas a ser tan crueles con los demás?                                                    Si tuviera que decir cuál de las dos experiencias (los maltratos en casa o el bullying) me ha marcado más, sería incapaz de escoger. Mi infancia fue un maltrato continuado, tanto dentro como fuera de casa.

Cuando llegaba a la escuela sabía que se reirían de mí en cualquier momento, me ridiculizaban constantemente. Dentro de clase se levantaban de la mesa fingiendo ir a buscar alguna cosa y aprovechaban para pellizcarme o tirarme del pelo al pasar por mi lado, me tiraban notas insultándome, me destrozaban el estuche, las libretas, etc.

En los momentos de escoger compañera para los trabajos o actividades en grupo no me escogía nadie, me pusieron apodos como: yema de huevo podrido, boca de buzón, dientes de caballo….                                                                          Y al salir de la escuela a menudo había grupitos de niñas que me esperaban para pegarme. Hacían un círculo a mi alrededor y me empujaban, me pegaban, me tiraban del pelo… mientras me insultaban y se reían de mí. Incluso alguna vez me habían llegado a perseguir hasta mi casa, teniendo el valor de llamar y pedirle a mi madre que yo saliera fuera, fingiendo ser mis amigas.

Sentía tal vergüenza por lo que me estaba pasando que no se lo explicaba a nadie. Ni lo que me pasaba en casa ni lo que sucedía en la escuela, aprendí a guardármelo todo dentro. Cuando finalmente les comenté a mis padres lo del bullying, creo que antes de empezar el 7º curso, les pedí muchas veces que me cambiaran de escuela pero no quisieron.

¿Las personas que les hacen bullying a otras son conscientes de lo que están haciendo? La respuesta es sí, son conscientes. Muy probablemente no saben las secuelas que tendrá aquello que están haciendo, pero saben que hacen daño.                                                                                                                                                                                            En los últimos días de 8º curso todas teníamos una libreta para que las compañeras nos la firmaran con dedicatoria como despedida. En algunas de las dedicatorias varias compañeras me decían que sabían que no se habían portado bien conmigo durante todos esos años pero que “no pasaba nada”, que las recordara con cariño; entre otros garabatos donde simplemente ponía “puta”. Todavía la conservo.

Mi infancia fue en general triste, donde el hecho de sentirme rechazada, ridiculizada y maltratada era la normalidad de mi día a día, que se iba alternando de escenario: de casa a la escuela y de la escuela a casa.                                                  Yo misma me creí eso de que “no pasaba nada” y que tenía que ir por la vida escondiendo lo que me había pasado como si fuera una vergüenza, como si hubiera sido culpa mía. Me fabriqué una máscara de persona fuerte y segura, a quien no afectaban las cosas, para que nadie desde fuera pudiera ni tan siquiera adivinar la herida que llevaba dentro.

Soy consciente de que una infancia y adolescencia así me podían haber convertido en una futura víctima de maltratos, una drogadicta o una fracasada, de hecho sigo arrastrando algunas secuelas, pero hubo una cosa que me sirvió de salvavidas y a la que me aferré con todas mis fuerzas: la música. Puedo decir literalmente que la música que salvó.

Tuve la suerte de que mi padre es músico y de que su banda ensayaba en casa cada viernes. La música siempre estuvo presente en mi vida y la amé con todo mi corazón desde el primer día.                                                                          Recuerdo que me ponía detrás de la puerta de la sala de ensayo y escuchaba todo el repertorio entero, me encantaba… Me sabía todas las canciones de memoria, con sus tempos, entradas y salidas; y después las cantaba delante del espejo con mi micrófono imaginario y por todos los rincones de la casa cuando estaba sola. Siempre tuve claro que sería cantante, desde que tengo uso de razón, y esta certeza, esta guía, no me ha abandonado nunca.

Cantando conectaba con mi esencia y dejaba que mi voz fluyera, sentía las notas brotar desde mi interior con total libertad. Dicen que quien canta su mal espanta y yo puedo decir que realmente es así. En esos momentos se me pasaban todos los males, ya no era la niña rechazada y triste, me dejaba envolver por la belleza de la música, me sentía completa, alegre, feliz… Hoy en día me sigue pasando lo mismo cuando canto.

A pesar de todo lo que estaba viviendo, hubo esta parte de mí que no permití que el rechazo y el maltrato la destruyeran. Es la llama que siempre ha estado viva en mi interior, la luz que ha iluminado mi vida, la que me ha guiado en el camino para seguir adelante y convertirme en quien soy. Por eso creo tan firmemente en el poder curativo de la música y de liberar la propia voz, porque lo he vivido en mí misma.

Siempre tuve claro el efecto positivo que tenía en mí el cantar y por eso, a parte de dedicarme a ser cantante, empecé a tener mucha curiosidad por el vínculo que tiene la voz con las emociones.                                                                          Hay dos ámbitos que por mi experiencia de vida me apasionan: la voz y el trabajo emocional. Por eso ya desde el inicio me formé en ambos sentidos y nunca he dejado de hacerlo, ya que considero que aprender es imprescindible para la vida.

En el ámbito vocal me he formado tanto en el sentido técnico como en el artístico  Y en el ámbito emocional me he formado en psicología, en coaching sistémico transaccional y en pedagogía (cómo enseñar para que la otra persona consiga desarrollar todo su potencial….¡básico!).

A los 25 años, por circunstancias que explico en otro artículo de mi blog, volví a re-conectar poco a poco con mi cuerpo y empecé un largo camino de auto-conocimiento y consciencia corporal en el cual sigo hoy en día.                                      Uno de mis grandes descubrimientos fue que cuanto más conocía mi cuerpo, cuanta más consciencia y control corporal tenía, más consciencia y control tenía sobre mi voz. Y es que la voz está en nuestro cuerpo, cuanto más lo conozcas y trabajes, mejores serán los resultados que obtendrás con tu voz. No se puede separar una cosa de la otra: tu voz y tu cuerpo son la misma cosa.

Todo esto me ha llevado descubrir e investigar que hay un vínculo muy fuerte entre la voz, las emociones y el cuerpo. Es importante saber que se influyen mútuamente y trabajar esta conexión nos ayuda a liberarnos y ser más felices. Yo lo he descubierto y lo he trabajado en primer lugar en mí misma y me siento muy honrada de ayudar a otras personas con mi experiencia.

Mi pasado y mis experiencias me han llevado hasta aquí. No puedo ni debo renegar de él, pues soy el fruto de todo lo que he vivido. No puedo más que dar gracias por todo lo aprendido y seguir adelante con esperanza e ilusión, feliz de poder ayudar con mi granito de arena a quien lo necesite.

Namasté ✨

DESCUBRE LA CONEXIÓN VOZ- CUERPO – EMOCIONES

APRENDE A RESPIRAR CORRECTAMENTE PARA CANTAR

APRENDE A RESPIRAR CORRECTAMENTE PARA CANTAR

Existe mucha literatura y muchas creencias entorno a cómo deber ser la respiración correcta para proyectar la voz. Está claro que es un tema importante, pues se habla de ello desde hace siglos y todos los profesores de canto y los profesionales de la voz sabemos que es algo crucial.

Aún así, parece que es algo que todavía genera ciertas dudas cuando nos enfrentamos a una canción o un texto recitado si no lo hemos trabajado específicamente. Por eso, voy a intentar ayudarte con este artículo a que experimentes cómo es la respiración más eficiente para cantar y proyectar tu voz.

Existen tres tipos de respiración que todos podemos llegar a utilizar en ciertos momentos de nuestro día a día:

  • Respiración clavicular o torácica superior: En este tipo de respiración nos centramos en la parte alta del pulmón, que es la que tiene menos volumen y nos permite captar menos aire. Cuando inspiramos, la parte superior del pecho se llena de aire y vemos que se levantan los hombros y la clavícula. Es un tipo de respiración que aparece cuando estamos muy nerviosos o tenemos ataques de ansiedad. Las inspiraciones y exhalaciones son rápidas, tenemos sensación de que “nos falta el aire” y se produce tensión en la zona cervical asociada a la fonación. Por eso es un tipo de respiración que no es nada recomendable cuando queremos cantar o proyectar nuestra voz hablada.
  • Respiración torácica o intercostal: En este tipo de respiración el aire se queda en la zona media de los pulmones, vemos que hay una expansión de la cavidad torácica y una separación de las costillas. Aunque nos permite inspirar más cantidad de aire que la respiración clavicular, ésta tampoco es la más recomendable para cantar, ya que al inspirar de este modo tensamos el abdomen y no permitimos que el diafragma baje completamente.
  • Respiración costodiaframática abdominal: Esta respiración se basa en el movimiento del diafragma. Al inspirar los pulmones se van llenando poco a poco de aire, empujando el diafragma hacia abajo y éste, a su vez, va empujando los órganos que están debajo de él. Por eso, cuando inspiramos de este modo podemos apreciar que nuestras costillas flotantes se abren (las que están justo encima de la cintura y son más blanditas) y nuestro vientre se va hinchando suavemente. Con esta inspiración debemos notar que se ensancha toda nuestra cintura, el vientre y también la zona lumbar, pero la clavícula y los hombros se quedan quietos, no suben. Al expulsar el aire el diafragma asciende y se relaja, con lo que el abdomen y las costillas flotantes se deshinchan y vuelven a su posición normal.

Como puedes ver, la respiración costodiafragmática abdominal es la más correcta para emitir y proyectar tu voz de una forma sana, ya que nos aporta una ventilación completa de la capacidad pulmonar, no provoca tensiones en los músculos del cuello y nos permite trabajar correctamente con los abdominales para dar el apoyo necesario a la voz mientras expulsamos el aire.

A parte de esto, es interesante saber que este tipo de respiración tiene múltiples beneficios a nivel de salud física y emocional, con lo que es muy recomendable trabajarla. Algunos de sus beneficios son: amplía la capacidad pulmonar promoviendo una buena oxigenación de la sangre, estimula el corazón favoreciendo el riego sanguíneo, favorece el tránsito intestinal gracias al “masaje” que realiza el diafragma a los intestinos, disminuye a ansiedad, ayuda a relajarse y a tener un mejor autocontrol de las emociones.

EJERCICIOS PARA TRABAJAR LA RESPIRACIÓN COSTODIAFRAGMÁTICA ABDOMINAL

Para trabajar este tipo de respiración es muy importante que estés concentrado/a en ti mismo/a, que estés en un entorno tranquilo y que puedas dedicarle unos minutos sin prisa. Puedes hacerlo en posición estirada o de pie, yo te recomiendo que vayas alternando entre las dos.

En posición estirada:

Túmbate boca arriba con los pies apoyados en el suelo y las rodillas flexionadas, sintiendo el contacto de tu lumbar con el suelo. Busca la comodidad en la postura y, si lo necesitas, pon una almohada debajo de tu cabeza. Busca la comodidad en la postura, ya que esa es una parte muy importante para que puedas relajarte.

Empieza a inspirar relajadamente por la nariz y saca el aire lentamente por la boca. Busca que tu respiración sea lo más relajada posible, sin prisas, y sin pretender “hincharte de aire”. Simplemente relájate y siente que inspiras por la nariz y expulsas el aire por la boca. Ten en cuenta que el objetivo principal ahora es que consigas relajarte, casi como si fueras a dormirte e intenta que cada inspiración sea más lenta y sin presiones.

Cuando te sientas relajado/a pon una mano en tu abdomen y otra en el pecho. Sigue inspirando por la nariz y espirando lentamente por la boca. Observa que cuando inspiras tu abdomen se va hinchando lentamente sin ninguna tensión y que tu pecho y hombros no se mueven.  Sigue durante unos minutos respirando del mismo modo, observando el movimiento libre en tu abdomen…. ¡Esa es la respiración costodiafragmática abdominal! En realidad no necesitas hacer “nada especial”. Justamente es la respiración que aparece de forma natural en tu cuerpo cuando consigues relajarte de verdad. Observa cómo tu cuerpo reacciona, cómo te sientes e intenta recuperar esas sensaciones al inspirar cuando estés trabajando con tu voz.

De pie:

Cuando trabajes de pie, te recomiendo que lo hagas delante de un espejo para que puedas observarte en ciertos momentos y corregirte. La dinámica del ejercicio es la misma que estando tumbado/a, lo único que cambia es tu postura, pero puede que lo sientas muy diferente.

Colócate delante del espejo con los pies separados a la altura de tus caderas y flexiona ligeramente tus rodillas. Debes sentir que al hacer esto tu lumbar se pone un poquito más recta (que no hay tanta curvatura) y que tu coxis “mira” hacia el suelo. Relaja tu cuello, tus hombros, tus brazos… y cierra los ojos. Debes sentir comodidad en la postura, si no la sientes haz los ajustes que necesites.

Sigue exactamente los mismos pasos del ejercicio en posición tumbada: inspira suavemente por la nariz, espira lentamente por la boca, busca tu relajación, etc.

Cuando te sientas relajado/a pon una mano en tu abdomen y otra en el pecho. Sigue inspirando por la nariz y espirando lentamente por la boca. Observa mentalmente (todavía con los ojos cerrados) que cuando inspiras tu abdomen se va hinchando lentamente sin ninguna tensión y que tu pecho y hombros no se mueven. Después de unas cuantas respiraciones abre los ojos y observa que realmente no se mueven tus hombros ni tu pecho. Sigue durante unos minutos respirando del mismo modo, observando el movimiento libre en tu abdomen. Después pon las manos en los lados de tu cintura, respirando del mismo modo, y observa como tu cintura también se expande suavemente cada vez que inspiras.

Observa cómo tu cuerpo reacciona, cómo te sientes e intenta cantar una canción o leer un texto aplicando este tipo de respiración en cada frase.

Como ves, la respiración costodiafragmática abdominal es algo que todos podemos hacer pero que debemos trabajar conscientemente para establecerla en nuestro día a día y conseguir los múltiples beneficios que nos aporta. Como te he comentado, también es muy importante trabajarla para tener un mejor equilibrio emocional y sentirnos más serenos, tranquilos y felices.

En el taller CANTAR PARA SER FELIZ que impartiré el próximo 14 de mayo trabajaremos la respiración de una forma consciente y aprenderemos la manera de integrarla con nuestra manera voz, para conseguir expresarnos con ella de una forma libre, abierta, serena y alegre.

La voz, el cuerpo y las emociones están profundamente conectados y se influyen mutuamente. Ciertos pensamientos y emociones afectan directamente a nuestro cuerpo, tensándolo, cerrándolo, afectando a nuestra respiración… ¡y también a nuestra voz! Del mismo modo, cuando estamos totalmente desconectados de nuestro cuerpo, esto afecta negativamente sobre nuestra voz: limitándola, “cerrándola”, impidiéndole fluir libremente y esto a su vez repercute directamente en la expresión de nuestras emociones, que acaban bloqueándose.

Si quieres descubrir y trabajar esa importante conexión Voz – Cuerpo – Mente que todos tenemos puedes hacerlo con mi taller CANTAR PARA SER FELIZ.  En él aprendemos a deshacer los bloqueos emocionales que no nos permiten avanzar y que pueden incluso afectar a nuestro sistema inmunológico.  Descubrirás cómo liberar tu voz, tu respiración y tu cuerpo, consiguiendo con ello sentirte más libre y feliz.

Aquí puedes ver toda la información del taller. ¡Tienes 5€ de descuento si te apuntas antes del 14 de abril!😉

Un abrazo

TALLER CANTAR PARA SER FELIZ

MITOS Y CREENCIAS FALSAS SOBRE LA VOZ: “Hay que inspirar mucho aire para cantar”

MITOS Y CREENCIAS FALSAS SOBRE LA VOZ: “Hay que inspirar mucho aire para cantar”

Todos sabemos que la voz es un instrumento de viento y que el aire es necesario para cantar pero… ¿Cuánto aire hay que inspirar antes de cada frase para cantar bien? ¿Es necesario inspirar mucho aire?

La verdad es que hay muchas personas que, erróneamente, piensan que para cantar hay que inspirar mucho aire y cuando “se hinchan tanto” lo único que consiguen es sentir una gran incomodidad que va en aumento, entrando en una espiral de tensiones.

Para cantar debes inspirar solamente el aire justo y necesario para la frase que vas a emitir, ni más ni menos. Lo importante no es la cantidad de aire que inspiras, sino la calidad de tu inspiración y cómo gestionas el aire al cantar. La potencia y las notas agudas no se consiguen con gran cantidad de aire sino justo con lo contrario, con la capacidad de gestionar el aire que se ha inspirado y sacando muuuuuy poquito a la hora de emitir la voz.

En este vídeo te hablo de este mito y te lo desmiento con el objetivo, siempre, de que te sientas más libre y sin limitaciones al utilizar tu voz. ¡Espero que te sirva de ayuda!

 

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Puedes conseguir todo esto y mucho más si sabes CÓMO, esa es la clave

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ANALIZANDO LA INCREÍBLE VOZ DE CAMILO SESTO

ANALIZANDO LA INCREÍBLE VOZ DE CAMILO SESTO

Aunque conocía a Camilo Sesto y sabía que era buen cantante, tengo que confesar que nunca me había puesto a escucharlo con atención. No me correspondía por época y de hecho es normal que no lo hiciera.

En los comentarios a mis vídeos en youtube recibí varias veces la sugerencia de que le analizara, concretamente en su interpretación de Getsemaní (del musical Jesucristo Superstar), así que un día me puse a escuchar la canción… ¡Se me puso la piel de gallina!  Que grandísima interpretación, qué voz, qué técnica… ¡qué todo!😱 💜

No puedo más que quitarme el sombrero ante semejante artista y me sabe muy mal que se le recuerde con burla en sus últimos días. La verdad es que Camilo fue uno de los grandes, una de las pocas grandes voces que ha dado España y se merece muchísimo más reconocimiento.

Aquí os dejo mi análisis de su canción. En su interpretación encontramos de todo: dulzura, amargura, desesperación, entrega… Utiliza todos los modos vocales y los efectos de voz rasgada con un gusto exquisito. Espero que lo disfrutéis tanto viéndolo como yo al hacerlo.

¡Un abrazo!